Reflexiones (propias)

Imagina, te levantas un día y te das cuenta de que no tienes nada. Lo grandiosa que pensabas que iba a ser tu vida, todos los planes de futuro, todo se queda en nada, toda tu vida se queda en una simple mirada al horizonte de desesperación. Te has quedado en paro, tienes la necesidad imperiosa de ganar más de mil euros al mes porque si no, no puedes seguir pagando la hipoteca de larga duración que tienes contratada.
Dices, no pasa nada, encontraré un trabajo rápidamente, soy joven, pero realmente no eres tan joven, al menos para el mercado laboral. Quizá sigas viendo a tus amigos, quizá sigas viendo a tus padres igual que siempre. Sin embargo, no encontrarás trabajo de forma tan fácil, de hecho, quizá no encuentres trabajo. Lo mismo la situación global es tan desesperante que ya van varios años de crisis, pero no te habías dado cuenta hasta ahora de eso. Es posible también que las grandes empresas, las grandes multinacionales, una de ellas en la que trabajabas y la cual te despidió, lleven también varios años de crisis, porque cada año sólo han ganado un cinco por ciento más que cada año anterior.


Quizá algún día levantemos la cabeza y nos demos cuenta de la realidad.