Resulta que iba al dentista, me despierto por la mañana, tranquilamente, me desperezo, miro a mi gato, él me mira, que si miau por aquí, que si miau por allá. Me acerco al baño, me quito las legañas (que abrigan, pero aún no hace tanto frío como para dejarlas) y finalmente miro la hora y exclamo al cielo "mierda!!!, llego tarde!!!"...
Salgo de casa pitando, con la panorámica de mi boca en una mano, el cepillo de dientes en la otra, el gato bajo el sobaco y las zapatillas de tela puestas, en eso que me doy cuenta y vuelvo para casa a cambiarme, cambio el gato por un abrigo, el cepillo por el mp3 y las zapatillas de andar por casa por unas zapatillas de no andar por casa (porque como me pille mi madre andando con ellas por casa, saca el hacha de dos manos y arde troya).
El caso es que me dirijo al metro, ya voy con el tiempo pillado, todo un estres, comienza bien el día. Me llevo un mapa de la zona, puesto que no tenía ni idea de por donde caía el centro de salud, salgo del metro, con el mapa metido en mi cabeza, pero por aquello de asegurar lo vuelvo a sacar, lo remiro y finalmente, llego a las 11 y cuarenta y nueve minutos a la puerta del ambulatorio. Tenía cita un minuto después y hay una cola en información que ríete de la gente que hay en Cortylandia. Pregunto a una chica que hay muy amable y me dice que en el piso de arriba (y me pregunto si siempre darán por culo en el piso de arriba, ya que en varias situaciones de mi vida, siempre están en el piso de arriba).
Sin dudarlo subo los escalones de tres en tres y me encuentro a un montón de madres con sus respectivos hijos adolescentes esperando al dentista. Todos me miran, yo les miro, y todos miramos a una madre y su ente físico adolescente quejándose al dentista porque ocn el puente en su centro de salud les han armado un guirigai tremendo, que dilema!, que tesón!, el caso es que haciendo acopio de fuerzas, me dirijo a una señora y le pregunto por qué hora van, me dice que van con diez minutos de retraso y resoplo de satisfacción, no he llegado tarde.
En esto que sale el dentista, o ayudante de dentista y pregunta por mí, vaya, que rapidez y en la seguridad social :) (si es que un día uno entró tarde y claro..., es como matar un perro y que te llamen para siempre mataperros). Entro, y cuando me he querido dar cuenta tenía un pinchazo en la encía y estaba firmando un documento en el que eximía totalmente al dentista de cualquier tipo de rsponsabilidad ante la posibilidad de mi muerte (será para darle emoción al asunto, si no se aburren).
Lo que pasó dentro, un sin vivir, entro, mira la panorámica la mujer, y dice, bueno, te quitamos ahora una muela? y cuando se da la vuelta tenía los guantes puestos, una jeringuilla para empujar con dos dedos y una aguja más larga que mi dedo corazón... sonrío levemente, suelto una pequeña carcajada y hago el chiste de mmmm esa aguja no será para ... la mujer se ríe y dice sí, lo es, aunque no te la voy a clavar toda, solo la puntita (a lo que pienso, espero que use vaselina).
Sin comerlo ni beberlo y tan ni siquiera haber tenido un proceso de concentración para despedirme de mi muela, después de firmar los documentos, entro, me tumba (ya tenía medio dormida media boca) y me vuelve a pinchar tres o cuatro veces, aunque ahora casi no siento nada...
Después se da la vuelta y le comento que me hizo gracia la referencia que hacía a la muerte en el documento que firmé, a lo que saca una especie de bisturí y hace como que me lo está clavando para decirme, que en ese caso sí que le harían algo, y sigue haciendo como si me lo clavase y el ayudante riéndose... (vaya, que gracia, pienso para mis adentros).
A todo esto, mi muela, se estaba encogiendo por momentos, es como cuando sales de un ducha de agua fría y claro, estas to encogío, literalmente, todo, mmm eso...
Pues algo así, mi muela acojonada, yo con la boca dormida, la dentista con el bisturí en la mano y el ayudante cagándose en la madre del niño que antes se estaba quejando. Comienza la extracción!.
Primero noto como me meten algo en la boca y siento como cruje (lo oigo, literalmente) mi muela, la jodía se agarra a la encía como si de un gato que le fueras a tirar a una bañera se tratase (lo he intentado con el mío y se abraza con las uñas a tu brazo que da gusto..) ahí está forcejeando la muela y la dentista, ahora la dentista saca la maquinaria pesada, alicates, como los de mi padre, pero más limpios, diosss, la muela estaba ya desfallecida no podrá aguantar el siguiente embiste. Yo en ese momento tenía la cara salpicada de sangre, aquello parecía una película gore y los intestinos de algún desgraciado anterior colgando de la consulta !! (vaya, no me había dado cuenta antes!).
Finalmente consigue sacar la muela, la jodía tenía unas raices que ni el melocotonero de mi abuela, por dios, que exageración, siento como el ojo izquierdo me cuelga algo más bajo (supongo que las raíces lo sujetarían con anterioridad pero ahora ...).
Coser y cantar, me quedo un rato sentado en la silla y pienso, vaya, mi masa corporal ha bajado un poco, como se lo diga a mi madre viene y le echa la bronca a la doctora, esperemos que no sea así!, no le diré nada :).
Hala, patada en el culo, algodón para la encía, y para casita, ni tómate esto ni tómate aquello, na de na, lo único cita para el maxilofacial para que me saque la otra, que ahí tienen que cortar y luego puntos...
Esa será otra historia que contaremos más adelante... espero salir vivo de ella :S...
